Los sacramentos de la iniciación cristiana son tres: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Con el sacramento de la Confirmación los renacidos en el Bautismo reciben el don inefable, el mismo Espíritu Santo, por el cual son enriquecidos con una fuerza especial y, marcados por el carácter del mismo sacramento, quedan vinculados más perfectamente a la Iglesia, mientras el compromiso a difundir y defender con la palabra y las obras la propia fe como auténticos testigos de Cristo es firme.
Con la Confirmación los cristianos se configuran más perfectamente con Cristo y se fortalecen con su poder para dar testimonio de Cristo y edificar su Cuerpo en la fe y la caridad. No se culmina el proceso de la iniciación cristiana en una persona hasta que se reciben los tres sacramentos con su catequesis de preparación correspondiente. Por tanto, no haber recibido la Confirmación significa ser todavía un iniciado, sin tener la gracia y lo que aporta al creyente este sacramento, necesario para la madurez y vida cristianas. Además, este es necesario para recibir el sacramento del matrimonio o ser padrino o madrina.
En nuestra parroquia somos conscientes de ello, y por eso promovemos diferentes itinerarios y grupos de catequesis que preparan a recibir el sacramento de la Confirmación, conforme al momento de la persona, la situación de vida y su edad. Estos son Junior, Teen e Iniciación cristiana de Jóvenes y Adultos.
Te invitamos y animamos a que pidas este sacramento y te incorpores al itinerario correspondiente. Puedes informarte en el despacho parroquial.