Unción de enfermos

La enfermedad y el sufrimiento son dos de los problemas más graves que padece el ser humano. Cuando nos llegan, experimentamos en nuestra propia carne nuestra limitación e impotencia. A veces nos conducen a la angustia y la desesperación, incluso a la rebeldía contra Dios. Aunque otras veces nos ayuda a madurar y a buscar lo esencial de nuestra vida, haciendo posible nuestra conversión al Dios vivo y verdadero.

El sacramento de la Unción de los Enfermos no lo reciben sólo aquellos que están a punto de morir. También pueden recibirlo los que padecen una enfermedad grave, las personas de edad avanzada que presentan limitaciones severas, aquellos que van a ser sometidos a una operación grave, enfermos graves que han perdido el conocimiento, y de quienes puede suponerse que pedirían el sacramento si pudieran, o los niños enfermos graves si comprenden lo que significa.

Hay que animar a los enfermos a llamar al sacerdote para recibir este sacramento. Es una celebración de toda la comunidad cristiana, que tiene lugar en familia, en el hospital, en la Iglesia… y que puede celebrarse para uno o varios enfermos.

Por este sacramento, el enfermo recibe el don del Espíritu Santo, que le trae el consuelo, la paz interior, el ánimo para vencer las dificultades propias de la enfermedad o la vejez. Renueva en el enfermo la confianza plena en la voluntad de Dios, fortaleciéndolo contra la tentación. Y le ayuda a unir sus sufrimientos a la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, que murió y resucitó para salvarnos del dolor, del pecado y de la muerte.

Para solicitar este sacramento o que el sacerdote vaya al domicilio a administrarlo puede hacerlo en el Despacho parroquial.

También, te animamos a apuntarte y participar en la Celebración comunitaria de este año en la Parroquia junto con tu familia que será el domingo 21 de mayo a las 19:30 h.